Salir de la adversidad


¡Ahora lo tenía todo completamente claro! Aquellas oportunidades que se me presentaron tiempo atrás, antes del holocausto y las cuales olímpicamente deje pasar, no eran más que el simple y sencillo aviso de alerta que la vida misma ponía frente a mí con la finalidad de rectificar el camino, lo llamaría así, sin importar si era o no algo nuevo para mí o algo de lo cual no tuviera experiencia. Simple y sencillamente se trataban, como dicho, de avisos de alerta los cuales hacían ver que se acercaba el momento de partir como las hojas en el viento (por acciones llevadas a cabo por otras personas que ponían en “jaque” mi propia pieza dentro del tablero la cual era necesario mover para salir de él antes de que fuera demasiado tarde).

No se trataba de dejar de manera precipitada el trabajo que tenía de buenas a primeras para evitar de esta manera caer en la adversidad, ¡por supuesto que no!, o el tomar como pretexto para bajar el nivel de desempeño, tampoco era el dejar de lado el esfuerzo y dedicación sobre mis funciones y responsabilidades al primer indicio de aquellas oportunidades, sino que, se trataba de analizar aquellas oportunidades y determinar cuál de ellas era la más viable para de esta manera abrirle la puerta y valga la redundancia el darme a mí mismo la “oportunidad” para llegado el momento de soltarme de aquel árbol tener ya el siguiente camino abierto y no el haberlo cerrado estúpidamente yo mismo.

Por ejemplo, como lo mencioné, en...

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... Sin embargo me encontraba en plena tempestad, con problemas y dificultades de diversa índole ¿Qué podía y tenía que hacer ahora?...

... Y antepuse la palabra “pero”, sin saber en ese momento que era y sería la llave para conseguir nuevamente la vida que deseaba, la vida que tiempo atrás y por propio error como visto yo mismo había perdido. Dando como respuesta a aquella persona que se había aparecido literalmente de la nada a presentarme una oportunidad: “Suena muy bien, lo voy a pensar. Gracias, nos estamos hablando”.

Fue entonces y en base a lo visto con el Maestro que pude anticiparme a otra muy probable tempestad que se avecinaba, que por estar en aquella “mediocre” zona de confort con toda seguridad estaba por dejar pasar una valiosa oportunidad considerando además que el caer en otra adversidad más de la que me encontraba podría significar entrar en directo en la DESESPERANZA sin boleto de regreso, por decirlo de alguna manera.

—Maestro, ahora lo entiendo todo por completo —mencioné—, le agradezco infinitamente el tiempo que me ha brindado así como sus palabras. ¡Tengo que tomar acciones inmediatas!

Posteriormente y ese mismo día...

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Libro como hojas en el viento en la luz y en la oscuridad




Mauricio g Borrego
Autor