Anexo II. Los apegos camino al sufrimiento

Todo tiene un principio y un fin, al igual que el día y la noche, no hablo de un fin absoluto, considera que somos energía lo que implica que entre el fin y el comienzo nos transformaremos, ¿en que nos transformaremos? En lo que hicimos durante el día, claro es.

El comienzo es eso mismo un comienzo, mediante el cual buscaremos un nuevo fin (una transformación) en base a las consecuencias obtenidas por medio de nuestras acciones durante el día y con ayuda de los elementos proporcionados al inicio como los que iremos adquiriendo o cediendo bajo la marcha.

Por ello, ¿para que aferrarnos a las cosas o a las personas?, pregunto, ¿para qué aferrarse, sí llegada la noche a su fin se abrirá paso a un nuevo día dejando atrás lo obtenido y quedando solamente el aprendizaje mismo basado en las consecuencias resultantes? Entiende que la vida misma es un ciclo como el día y la noche, del cual no tienes ni tendrás injerencia alguna al ser una regla absoluta dentro del tablero.

Hay de aquel que se aferre a lo material dado que no ha comprendido ni valorado la razón de la vida misma que es el alcanzar la evolución, la trascendencia del ser y al hacerlo se acerca al límite de las tentaciones mismas de la avaricia, la envidia, la traición, la soberbia cuyos deseos que generan van originando acciones con consecuencias negativas para con los demás y para uno mismo lo que conduce a la desesperanza.

Hay de aquel que se aferre a otra persona, no por amor sincero y en un sentido de apoyo mutuo, dado que no ha comprendido ni valorado de igual manera la razón de la vida misma que haciéndolo se acerca al límite de las tentaciones mismas del ego, de la venganza, de la esclavitud (siendo esto último imperdonable con severas consecuencias tarde o temprano dado que el mismo juego de la vida establece la libertad del ser, la libre decisión de acción para los participantes, considerando la esclavitud como medio de la obtención de beneficio a consta de otros) y la soberbia cuyos deseos que generan van originando acciones con consecuencias negativas para con los demás y para uno mismo lo que conduce a la desesperanza.

Donde en ambos casos se encuentra la soberbia la cual genera los más oscuros deseos y por ende las más oscuras acciones resultando en las más oscuras consecuencias tanto para con los demás y con mayor efecto para quien las generó.

No es el hecho de tener...